El Duelo

“La llegada de la muerte es el momento supremo en que la última página del diario de la Vida será por fin escrita, para formar parte de la verdad eterna e inamovible de la existencia humana”.

 Viktor Frankl

Afrontar el duelo

La pérdida de un ser querido produce un shock emocional inevitable: el duelo es el proceso a través del cual ese shock es asimilado y superado, conduciéndonos a través del camino del reconocimiento de la ausencia y la aceptación de la nueva realidad que nos toca vivir. Si bien cada ser humano experimenta el duelo de distintas maneras y con diversa intensidad, se han identificado una serie de etapas que nos permiten reconocer cómo vamos transitando a través de esta experiencia.

Etapas del duelo

1 - Negación

La primera reacción frente a la pérdida de un ser querido suele ser de negación, pensar “esto no está ocurriendo, no es posible”. Esto ocurre porque intentamos racionalizar la avalancha de emociones que aparecen tras una pérdida, se trata de un mecanismo de defensa que nos ayuda a sobrellevar el shock emocional.

2 - Enojo

Cuando la negación desaparece, hace aparición el dolor y la tristeza. Debido a la intensidad de éstas, también como mecanismo de defensa, nuestro yo transforma estas emociones en enojo, algo que nos resulta más manejable y tolerable. Es posible que descarguemos verbalmente nuestro enojo contra objetos, completos extraños o familiares aunque racionalmente seamos conscientes de que nadie tiene la culpa. Interiormente, estamos resentidos con la persona fallecida al sentir que nos ha abandonado. Este enojo asimismo, nos puede causar al mismo tiempo sentimientos de culpa.

3 - Negociación

Nos sentimos vulnerables y tristes, así que lo natural es intentar retomar el control de la realidad, aunque sea por medio del “hubiera”. La negociación es una etapa en la que nos cuestionamos lo que creemos podría haber ocurrido en caso de haber actuado diferente, como si el destino de otras personas pudiera estar en nuestras manos: “Si yo le hubiera buscado otro médico”; “Si hubiera hecho las cosas distintas”…

4 - Depresión

Se reconocen dos tipos de depresión asociadas al duelo. La primera, como reacción a las implicaciones prácticas de la realidad: la tristeza y el arrepentimiento suelen asociarse a este tipo de depresión. Es posible que nos preocupe estar desatendiendo a otros seres queridos que nos necesitan debido a la tristeza que sentimos por la pérdida. En esta etapa necesitamos apoyo y ayuda práctica, cooperación y el cariño de nuestros seres queridos. El otro tipo de depresión que puede aparecer es más íntima y suele nacer como resultado del proceso de prepararnos para despedirnos interiormente de nuestro ser querido.

5 - Aceptación

Alcanzar esta etapa es todo un logro. Hemos de haber sentido emociones sobrecogedoras a fondo, haber superado la tristeza y haber alcanzado el entendimiento de que la vida debe continuar, y que la ausencia física no significa ausencia total de nuestro ser querido: nadie muere mientras permanezca en la memoria de los otros. Si bien no se trata de una etapa feliz, sí es el inicio de una nueva época en nuestras vidas, que conlleva un aprendizaje profundo y un crecimiento mayor como seres humanos.